miércoles, 28 de noviembre de 2007

Pasen Cuenta !






Aviso:


La Mirilla: Legión Francesa se puede observar al final, es decir en la parte inferior de esta página.
Recomendable.
Recuerda que debes pinchar la imágen y regresarte al inicio, o sea a la parte superior de la pagina para ver el video.

Herencia

Las Alas de Plata del Pentathlón Para Pentathleta



Son una hermosa y gran tradición.

Existen alas para quien tiene que ver con el aire, alas, hasta las azafatas y choferes las llevan. Pero las ALAS DE PLATA de paracaidista, a menudo, ni los pilotos aviadores las portan, y es que solo son para los que salten de un avión. Si; el mundo se divide en dos: los que saltan y los que no saltan.

Antes de ser un “deporte extremo”, el paracaidismo solo perseguía fines militares y las paginas de su historia se han escrito con honor, cada palabra, cada renglón y cada párrafo se imprime bajo esa inspiración que solo puede ser producto de hazañas, de vocación por la aventura, de sueños de arrojo y de actos de valentía.
Las ALAS DE PLATA se llevan en el pecho “muy cerca del corazón”, pero su peso y medidas se sienten en todo el cuerpo, de pies a cabeza y en el fondo del espíritu. Son las alas de San Miguel Arcángel, patrón de los paracaidistas, las alas que recuerdan a los héroes de las grandes proezas, de batallas y de guerras.

Paracaidistas que arriesgaron todo en acciones con pocas posibilidades de éxito y que triunfaron.

Las ALAS DE PLATA clavadas en el pecho son un recuerdo y reconocimiento de los primeros saltos, sí, pero el paracaidista no puede saltar y llevar las alas en el pecho sin pensar en los paracaidistas combatientes, en ese pelotón, en ese batallón o brigada que dio lo mejor de sí cuando fue llamado a cumplir con su misión. La flor y nata de cada familia de cada nación y de cada ejercito.

LAS ALAS DE PLATA te visten, no necesitas uniforme, el uniforme es una oración antes de cada campaña, una oración antes de cada combate.

ALAS DE PLATA para saltar, para volar, para morir y presentarse ante Dios.

Desde su origen el Escudo del Pentathlón ya tiene alas, pero no eran de paracaidista, ahora, ya tiene su insignia, es un distintivo para el grupo de paracaidismo y, ciertamente es sencillamente hermoso, no podían ser mejores las ALAS DEL PENTATHLÓN, con su aguila bicéfala y su paracaídas, un binomio que llena de Honor y Fuerza.

Contemplando de cerca esta insignia, teniendola en el puño de la mano, uno solamente experimenta emoción, el sudor de repente brota en la palma de la mano; te hermanas con tantos paracaidistas, te sientes en la puerta del avión y con el viento increpando tu rostro; entonces no deja uno de pensar: yo quiero ser Paracaidista del Pentathlón, quiero llevar estas ALAS DE PLATA en mi pecho.

Perro 18

Articulo tomado de la revista Insignia, tomo 35 de mayo de 2003






Aire y Seda

Imposición de Alas

Camaradas : Esta ancianita esperó 63 años de edad, para obtener sus alas. Deveras ejemplar.
Así que mis queridos alumnos, no pierdan la paciencia, ustedes han dejado escapar solo unos meses.
Pronto llevaran orgullosos sus alas en el pecho, como Odette, y tendrán tiempo de peinar su boina de lana.

"Saltar, luchar, volar, triunfar, esa es nuestra misión"


Tras una espera un poquito más larga que lo tradicional, el pasado 9 de agosto de 2007 la Sra. Odette de Strugo, ex miembro de la Sección F (Francia) del Ejecutivo de Operaciones Especiales (SOE en inglés original) finalmente recibió sus alas de Paracaidista de la RAF en la Embajada Británica de Buenos Aires, Argentina. Las había ganado 63 años atrás el 12 de abril de 1944 al saltar en territorio francés ocupado por tropas alemanas.
La historia de Odette es cautivante pero como muchas otra de esa época, se cuenta en un tono normal y de manera modesta. Era – sigue siendo - uno de los primeros miembros de Fuerza Voluntaria de Enfermeros (First Aid Nursing Yeomanry (FANY), sitio en inglés) de la Segunda Guerra Mundial, y estaba casada con un finlandés que se había ofrecido de voluntario a la RAF como instructor de pilotos y que fallece en un accidente aéreo. Tiempo después, Odette ayuda realizar tareas de entrenamiento y se ofrece voluntariamente como agente de la SOE.
Es así que se convierte en una de los más de 400 (sólo unas 30 mujeres) enviados a la Francia ocupada. Muchos no regresaron, incluyendo aproximadamente 20 mujeres .
Odette, una mujer notable, plena de vigor y amor por la vida, un día se lamenta ante Vicecomodoro Simon Dowling, Agregado Aéreo en la Argentina, el país donde ella vive, que era una picardía que no hubiera completado los saltos en paracaídas requeridos para obtener las alas. Había saltado sólo 4 veces, todas con la RAF (incluyendo un saldo nocturno desde un globo que los pelos de punta). El salto final fue el salto operativo el 12 de abril de 1944. Afortunadamente, las regulaciones permiten otorgar alas a personal que
“hubiera realizado saltos en paracaídas en operaciones contra el enemigo” y por ello el Jefe del Estado Mayor Aéreo, Brigadier General Sir Glenn Torpy, le escribe una carta a Odette para autorizarla oficialmente a usar sus alas. La ceremonia fue presidida por el Embajador Británico en la Argentina, Dr. John Hughes, con la participación de familiares y amigos de Odette, muchos de ellos también veteranos de la Segunda Guerra o familiares de veteranos. Tras las palabras del Embajador, el Vicecomodoro Simon Dowling le hizo un broche de plata con alas de paracaidista que puede lucir con orgullo todos los días.

martes, 6 de noviembre de 2007

Aire y Seda

Uno más
Gracias a la donación que hizo un amigo del Penta y por mediación de la Asociación de Egresados del Pentathlón, el Cuerpo de Paracaidismo del Batallón Héroes de Chapultepec, ya cuenta con un nuevo equipo de salto.

Se trata de un maravilloso T-10 o MC-1, que ya forma parte de los activos fijos del Cuerpo.

Con ello en los próximos saltos podremos subir más paracaidistas al avión, con lo que ahorraremos costos y tiempo.

"Está hermoso este equipo", exclamó nuestro Instructor en Jefe, José I. Salmerón, luego de revisarlo, doblarlo y comenzar el adiestramiento para aquellos que tendrán el honor de saltarlo.

También nuestro agradecimiento a los veteranos Paracaidistas de Cruz Roja, camaradas del capitán Salmerón, quienes nos obsequieron el contenedor ventral, para el paracaidas de reserva.

También gracias el Wini, Alejandro Ancira, quien desde hace tiempo nos presta su equipo de donde obtuvimos el paracaidas reserva.

Nuestro profundo agradecimiento a todos.

Dejamos esta bella imagen de un T-10, en pleno descenso.


¡Aunque no quiera, aunque no pueda, aunque reviente, aunque me muera!